APRENDE A VIVIR LA VIDA A CORAZÓN ABIERTO.
¡Oh, queridos amigos corintios!, les hemos hablado con toda sinceridad y nuestro corazón está abierto a ustedes.
12 No hay falta de amor de nuestra parte, pero ustedes nos han negado su amor.
13 Les pido que respondan como si fueran mis propios hijos. ¡Ábrannos su corazón!
2 Corintios 6:11-13 [NTV]
Aprender a vivir a corazón abierto es una metáfora del apóstol pablo, a traves de la cual, nos enseña a vivir con sinceridad, sin dobleces ni engaños, aprendiendo a ser felices y gozar la vida con las cosas simples. Cuando éramos niños, vivíamos a corazón abierto, sin desconfianzas, nos alegrabamos y regocijabamos por todo y éramos capaces de gozarnos en todo lo que haciamos con sencillez de corazón.
En esa época, veíamos a todos los demás por igual, no existía racismo ni xenofobia, ni estratos socioeconómicos, porque a la verdad, a los ojos de Dios todos somos iguales. Aún teníamos unos de los más grandes valores del ser humano, qué es la "aceptación", es decir:
asumir la vida, tal como es, significa aceptar la realidad, así venga con situaciones agradables o desagradables, sin intentar cambiar o combatir aquello que no podemos controlar. Es un proceso de tolerancia y de adaptación (no de lucha).
Como niños, parecíamos entender sin saberlo, un principio fundamental que todo creyente debe contemplar en su relación con Dios: fuimos creados en amor y por amor al Señor, no solo para amarnos a nosotros mismos, sino para amar a otros. De niños abríamos nuestro corazón, estoy seguro, impulsados por Dios, para amar en nuestro espíritu de infantes su creación, sin restricciones, sin prejuicios.
Al crecer, el mundo nos impulsa a perder este grandioso sentido de aceptación y en general si no estamos atentos, empezamos a buscar prejuicios para separarnos y distinguirnos unos de otros. Esos prejuicios significan: miedo injustificado, temores infundados, desconfianzas y recelos; son errores de juicio que en nuestra condición de cristianos debemos evitar.
Vivir a corazón abierto, significa aprender a vivir, confiando en Dios y en su amor, el cual disipa todos los miedos. Como niños sin ser conscientes, aceptábamos el amor de Dios y lo practicábamos con gracia, haciendo que ese amor disipara todos los miedos. Cuándo poco a poco nos fuimos alejando de Dios y de su amor, fuimos cayendo en las 10 emociones negativas más grandes de los hombres que vivimos en sociedad:
MIEDO
DESCONFIANZA
INSEGURIDAD
ENVIDIA
ANSIEDAD
CELOS
EL APEGO A COSAS
LAS ADICIONES NEGATIVAS
LA BAJA AUTOESTIMA
LA AUTOSUFICIENCIA
Todas estas cosas fueron cerrando nuestro corazón, alejándonos de la paz y de la felicidad, qué nos regaló Dios cuando éramos niños.
Hoy ya más maduros, continuemos esa lección y vivamos con la alegría y esperanza de un niño, el amor que día a día el Señor nos regala, pero sin olvidar que en el mundo también hay gran maldad, sigamos el consejo de Jesús:
....por tanto, sed astutos como las serpientes e inocentes como las palomas.
Mateo 10:16B LBLA
Aprendamos a vivir hoy con la esperanza de un niño; pero con la madurez de un adulto, con sencillez de corazón, pero con la prudencia y sensatez de un adulto,
Pidámosle a Dios en oración, qué nos enseña a vivir nuevamente con alegría y regocijo, con la sencillez y la esperanza de un niño, que volvamos a ver el mundo con ojos de curiosidad y admiración, por cosas tan sencillas como ver un atardecer o compartir en familia; que aprendamos a amar a
los demás, tal como son, con sencillez, aceptación y a corazón abierto, (Porque así nos ama Dios).
La gloria y la honra sea a nuestro Señor Jesucristo.