¡Nosotros confiamos en Dios! (salmo 20:7)
Estos confían en sus carros de guerra, aquellos confían en sus corceles, pero nosotros confiamos en el nombre del Señor nuestro Dios.
Vivimos en un tiempo en el que el mundo define a las personas por lo que tienen y no por lo que son. Puede parecer algo de nuestra época, pero antiguamente las cosas también eran así.
Tener posesiones y poder financiero ha sido siempre algo perseguido por muchas personas. Infelizmente, muchos que consiguen tener una situación financiera estable acaban depositando su confianza en las propias posesiones lo cual los hace vulnerables. Todo en la vida pasa menos la Palabra de Dios.
Hay cosas que el dinero no puede comprar: nuestra intimidad con Dios, el poder del Espíritu Santo y nuestra salvación en Cristo Jesús. Esos tres factores son esenciales para la vida de cualquier ser humano, sea rico o sea pobre. ¡Tenemos acceso a todo esto de forma gratuita y por la gracia de Dios!
Cuando depositamos nuestra fe en las cosas, la depositamos en el sistema de este mundo con sus fallos. Mas cuando depositamos nuestra fe en Dios, lo imposible es una posibilidad. Las cosas materiales no tienen dominio sobre nosotros y vivimos con mayor libertad pues sabemos dónde hemos depositado nuestra fe.
Señor Jesús, quiero agradecerte por todas las cosas que has colocado en mi vida. Muchas gracias por sustentarme y cuidar de mí. A pesar de todo lo que tengo, mi confianza está en ti. Amén.