LA RECETA PARA MI MILAGRO
(MARCOS 11:22-25)
22 Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios. 23 Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. 24 Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá. 25 Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas.
Hay muchas personas a las cuales les encanta cocinar, especialmente las mujeres, y les gusta presumir a sus familias o amistades con un suculento plato de comida preparado por ellas mismas.
Pero todo buen cocinero sabe que el éxito de una buena comida, la clave es tener los ingredientes correctos, y seguir al pie de la letra la receta de la comida que se quiere preparar.
Es importante lo siguiente: Por muy buenas intenciones o amor que se tenga para preparar un buen plato de comida, si no se usan los ingredientes adecuados, el resultado será un desastre.
En el mundo espiritual ocurre algo parecido.
Casi todos los cristianos, en casi todas las iglesias, estamos esperando disfrutar de ese platillo maravilloso en nuestras vidas, QUE SE LLAMA MILAGRO.
Pero para poder esperar ese milagro tenemos que seguir la receta al pie de la letra y usar los ingredientes correctos.
La receta está en la palabra de Dios y los ingredientes no están en un supermercado, sino en nuestra vida, en nuestro corazón.
Esta día veremos la receta de Dios, 4 ingredientes indispensable para un milagro y reflexionemos si tenemos o no esos ingredientes.
I) PRIMER INGREDIENTE: UNA FE BIEN ENFOCADA (Vs 22)
Muchos traemos a Cristo nuestra necesidad, pero no traemos a Cristo nuestra fe. (No nos basta con que Nuestro Señor, nos de los ingredientes, sino que queremos que el sea nuestro cocinero)…FE ES certeza, convicción, paciencia, seguridad.
Si nosotros buscamos un milagro, Cristo busca en nuestro corazón la FE.
El no busca dinero, ni buenas intenciones, ni promesas, ni conocimiento, el escudriña buscando LA FE de los que queremos un milagro.
Pero El busca una FE bien enfocada, es decir: La FE en Dios. Por eso cada uno de nosotros tiene que preguntarse: Si yo tengo fe, ¿en que es que la tengo? ¿en qué o en quien?
Nuestra fe tiene que estar puesta totalmente en Dios, muchos tenemos enfocada nuestra fe en la oración, en el día de oración, en la ministración del pastor o pastora. Pero tenemos que saber que nada de eso hace el milagro, sino únicamente nuestro Dios. (Acá no creemos en pañuelos ungidos, en el aceite santo de la unción, en las astillas de la cruz de Cristo,… nuestra FE esta en JESUS)
II) SEGUNDO INGREDIENTE: LA CONFESION DE FE (Vs 23)
El Señor Jesús en este versículo menciona tres veces, DIJERE, LO QUE DICE, LO QUE DIGA, es decir, la Palabra hablada tiene poder (Lo que usted confiese creyendo…así será).
¿Qué confesamos con nuestra boca? RECUERDE QUE: de la abundancia del corazón habla la boca. Si en mi corazón hay fe, no puedo confesar duda o desconfianza con mi boca. (Si en mi corazón hay derrota y fracaso…ESO ES LO QUE YO VOY A CONFESAR)
(Proverbios 18:21 La muerte y la vida están en poder de la lengua, Y el que la ama comerá de sus frutos.)… PERO Es necesario que como hijos de Dios cambiemos nuestra manera de hablar, NOSOTROS LOS HIJOS DE DIOS VAMOS: de derrota a victoria, de maldición a bendición, de negativismo a esperanza.
III) TERCER INGREDIENTE : LA ORACION (Vs 24)
No deje toda su oración para el culto de oración …Nosotros tenemos que tener una vida de oración.
Si no hemos recibido las respuestas que estamos esperando, revisemos como esta nuestra vida de oración,… revisemos que tiempo de nuestro diario vivir le estamos dedicando a hablar con Dios. (Revisemos que ingredientes nos hace falta, para que el milagro que estamos esperando sea una realidad).
IV) CUARTO INGREDIENTE : EL PERDON (Vs 25)
En muchos casos, ese es el ingrediente que falta, EL PERDON. Pero no porque no hay, sino porque no queremos darlo.
Quizás para alguno de nosotros, Los ingredientes que faltan para su milagro son: la duda y la falta de perdón. Muchos no dudamos pero no queremos perdonar.
Aunque a veces es difícil perdonar, es peor llegar a perder SU MILAGRO por no querer perdonar.