Comenzando bien el día
Por la mañana, Señor, escuchas mi clamor; por la mañana te presento mis ruegos, y quedo a la espera de tu respuesta.
Salmo 5:3
Muchas veces nos levantamos con prisas, tomamos un café corriendo y nos arreglamos para enfrentar un día más de batalla. Cuando por fin nos paramos a pensar, ya vamos camino al trabajo. Pero existe una forma más saludable de comenzar el día: ¡orando!
Cuando oramos organizamos nuestra mente. Podemos compartir nuestras expectativas y objetivos del día con Dios. Así recibimos ánimo al despertarnos y nos será más fácil enfrentar el día con fe y determinación. El Señor oye nuestra oración. Él es fiel y nos quiere bendecir, guiarnos y marcar una diferencia en nuestros días.
Crea el hábito de orar tan pronto te levantas. No tiene que ser algo largo sino un momento sincero con Dios donde puedas darle gracias por poder abrir los ojos y comenzar un nuevo día.
Padre, gracias por este nuevo día. Gracias porque me concedes abrigo, salud y atención. Guíame durante mis quehaceres y guárdame con seguridad. En el nombre de Jesús, amén.