LAS ARMAS DE NUESTRAS MILICIAS
2Co 10:4 porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas
No hay victoria, sin batalla. Cuando nos detenemos a pensar en estas palabras, nos damos cuenta de que verdaderamente para alcanzar nuestras metas, propósitos y la victoria, tenemos que pelear la batalla hasta el final, mirando fijamente hacia la meta donde nos dirigimos sin permitir que ningún pensamiento contrario nos desenfoque hasta arrebatarla. Muchas veces el camino se puede hacer difícil y podemos encontrar piedras que intenten hacernos tropezar, pero recuerda que DIOS ha prometido estar con nosotros en todo momento y es quien pelea por nosotros toda batalla. Mientras más persistente seas y más pelees tu bendición, más tropiezos el enemigo te pondrá en el camino. Nuestra mente es el campo de batalla donde intentará poner pensamientos de derrota, de desánimo, de dudas, donde constantemente enviará dardos para hacer que te desvíes y te rindas. Te llevará a pensar que has luchado en vano por mucho tiempo y que no ha valido la pena, ….pero NO TE RINDAS!!! Aférrate a la Palabra de DIOS, y sus promesas.
DIOS no ha perdido una sola batalla, y no la perderá jamás. Ninguna batalla se pelea inutilmente en AQUEL que nos llamó a esforzárnos y ser valientes. Somos parte del Ejército de Jesucristo y ÉL nos viste cada día con su armadura para resistir en el día malo, y ser vencedores por medio de ÉL. Las batallas pueden causarnos dolor, y algunas heridas, pueden parecer difíciles e imposibles de vencer, pero la satisfacción de haber peleado hasta el final es mayor, porque haber alcanzado la victoria nos hace guerreros poderosos en las manos de DIOS y triunfadores para el reino de los cielos, para DIOS NO HAY NADA IMPOSIBLE. Tú y yo no dependemos de las circunstancias del mundo en que vivimos, nosotros dependemos de un REY PODEROSO Y DE SUS PROMESAS. Levántate cada día con la FE y la valentía para vencer los obstáculos y ganar la batalla, con la alegría de saber que no estamos solos y tenemos el amor, el cuidado y la protección de nuestro Padre. Lo que DIOS ha prometido en nuestras vidas, ÉL lo cumplirá, solo espera a que tú y yo hagamos nuestra parte, y luego de nuestra acción en FE, ÉL hará la suya.