“Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.” “Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.” ( Santiago 3:2 )
¿Cuántas veces has dicho algo y después te arrepientes o cuestionas el por qué de haberlo dicho?
Todos ofendemos, todos fallamos. No poco, sino mucho. Así lo describe Dios. Piensa en esto por un momento. ¿Puedes recordar las ocasiones en que has ofendido a tu prójimo? Tal vez no lo pensaste o no era tu intención, pero aún así ocurrió. ¿Qué hiciste después? ¿Pediste perdón? ¿Lo ignoraste?
Como puedes ver, la Biblia nos dice que aquél que no ofende, que no falla en lo que dice, es un varón perfecto, capaz de controlar todo su cuerpo. Esto me lleva a una conclusión: es necesario aprender a dominar lo que decimos para poder controlar nuestro cuerpo en su totalidad.
Hoy quiero animarte a no ofender en palabra, no fallar en lo que dices. No será fácil. Definitivamente no es sencillo, pero es el camino correcto a seguir. Es la dirección que Dios está mostrando para la perfección que Él desea que tengas.