EL CRECIMEINTO ESPIRITUAL ES UN PROCESO
ISAIAS 43:2
Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.
El Getsemaní (en Arameo “lagar de aceite”) era un huerto de olivos situado al comienzo del monte de los Olivos. En los tiempos de Cristo el aceite se obtenía mediante “prensas” en lugares preparados para machacar los olivos y sacar el aceite. Cuando no utilizaban las prensas, solían poner los olivos en especie de “recipientes grandes” y pisarlos con los pies hasta sacar todo el aceite que había dentro. Ese aceite servía para cocinar pero también para medicina, para ungir a los profetas, reyes, leprosos, enfermos, etc. Nosotros somos como el olivo y en ocasiones Dios amerita “machacarnos” para sacar de nosotros un aceite especial que de no ser por ese proceso, tal aceite no saldría. Para sacar este aceite de nosotros, Él puede usar “la prensa” (la prueba) o usar personas para que sean quiénes nos “pisen” y “machaquen” hasta que quede poco de nosotros o nada. Solo así es cuando empieza a salir toda la unción que tiene que fluir de nuestro interior a nuestro exterior .
¿Lo están pisando? ¿Alguien lo está maltratando injustamente? ¿Le han estado calumniando? ¿Han estado abusando de usted? Es posible que todo esto sea un plan para ungirle. No suena muy bonito ¿verdad? Es mejor cuando un predicador dice: “pasen todos al frente que voy a ungirlos”. Pero esto no es todo, la completa unción es producida al ser quebrantados y procesados en el Getsemaní. Solo cuando vivimos bajo esa unción es que podemos experimentar cosas grandes en el Señor.
Simon Pedro es un ejemplo en las sagradas escrituras de un proceso lento y doloroso tanto para él como para Jesús, los procesos espirituales llevan tiempo, Dios desea que sus hijos crezcan espiritualmente, Dios espera que crezcamos para que nos parezcamos a su amado hijo Jesucristo.