FRUTOS DE ARREPENTIMIENTO
Mateo 3:8 Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento
No solo tus seres queridos son aquellos que te conocen, te conocen también tus compañeros de trabajo, tus vecinos, tus amistades, hay quienes te conocen aun desde que eras pequeño y han dado seguimiento a tu trayectoria de vida y también a tu trayectoria profesional y muchos también son conocedores de tus logros, hay algunos que inclusive han llegado a decir lo conozco de muchos años y ciertamente no somos desconocidos para muchas personas, así como conocen gran parte de nuestra vida, también conocen desde cuando entregamos nuestro corazón al SEÑOR, también saben desde cuando comenzamos a asistir a la iglesia, somos un libro abierto para muchas personas no me cabe la menor duda.
Por ello al leer este versículo de la palabra de Dios también me lleva a reflexionar que todos aquellos que nos conocen, también pueden identificar de manera clara y sencilla si ha habido un cambio de pensamiento, y de actitudes en nuestra vida. Es verdad que el arrepentimiento con lleva a que cada persona abandone su rebelión y se rinda a los pies del Señor para poder entrar al reino de Dios, pero también debe haber evidencia que hemos cambiado de manera de pensar con relación al pecado.
El verdadero arrepentimiento afectara siempre la totalidad de la vida del pecador.
En la Biblia encontramos muchos ejemplos de personas e incluso pueblos que se arrepintieron y dieron evidencia de ese hecho. Como es el caso de los habitantes de Nínive. “Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación, y la condenarán; porque ellos se arrepintieron a la predicación de Jonás, y he aquí más que Jonás en este lugar.” (Mt. 12:41). Los judíos, y sobre todo los religiosos, tenían mayores oportunidades de arrepentimiento que los habitantes de Nínive, pues el que presentaba el mensaje era el Hijo del Dios viviente; sin embargo, los judíos no aprovecharon la oportunidad para arrepentirse de su maldad y volverse a Dios; en cambio, los ninivitas se arrepintieron y presentaron una gran evidencia de ese acto.
Los frutos de un arrepentimiento verdadero son:
Aborrecimiento del pecado, confesión de los pecados, renuncia a todo pecado, dolor profundo de haber pecado contra Dios, restitución de faltas cometidas, amado hermano demuestra con tu manera de vivir que te has arrepentido de tus pecados y te has vuelto a Dios.