Un pastor de origen brasileño asegura que Israel es el reloj que anuncia a los cristianos que el rapto de la iglesia está cerca, por lo que se debe prestar atención a las profecías bíblicas que en dicha nación se cumplen.

El actual conflicto entre Israel y Palestina ha hecho a muchas personas plantearse diferentes incógnitas sobre el fin de los tiempos y la segunda venida de Cristo. Por ello, el pastor Antônio Júnior decidió hablar al respecto en su canal de Youtube.

«Según la valoración del rabino israelí, Lazer Brody, los últimos acontecimientos en Jerusalén apuntan a la llegada del Mesías», comenzó diciendo según lo recopilado por el portal brasileño Guiame.

El predicador especifica que evidentemente nadie sabe lo que ocurrirá en los próximos días, pero que el actual escenario de guerra junto con algunas señales que están por acontecer nos ayudarán a comprender mejor ciertos aspectos.

Júnior destaca el discurso reciente de un rabino que ha hablado al respecto: «Ya han comenzado los dolores de parto por la llegada del Mesías».

No obstante, el pastor considera importante el hecho de que los cristianos sepan que los judíos no reconocen a Jesús como el Mesías, el verdadero Salvador, por lo que aún están en la espera. «Creemos que el Mesías es Jesús, que vino hace más de dos mil años», recordó.

«Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a ése recibiréis», Juan 5:43.

El otro al que Jesús se refería en el pasaje bíblico es el Anticristo, quien según él, será revelado pronto y se sentará en el Tercer Templo, «donde hoy se encuentra la Cúpula de la Roca y la mezquita de Al-Aqsa».

«¿Viste lo cerca que estamos del final? Israel es el lugar de las grandes profecías bíblicas y para entenderlas necesitamos conocer el pasado y el presente de esta nación, porque todo lo que le sucede está relacionado con la primera y segunda venida de Cristo», declaró.

Primera señal

Para el pastor Antônio, la primera señal de todo esto sería el regreso del pueblo judío a Israel. «La fundación del Estado de Israel, en 1948, es el cumplimiento de una profecía bíblica», dijo, haciendo referencia a Isaías 66:8.

Tras años de vivir esparcidos en todo el mundo, los judíos finalmente volverán a su hogar, tal y como está escrito en Ezequiel 34:12.

Segunda señal

Siguiente a ello, el líder cristiano aseguró que la segunda señal serían los preparativos para la construcción del Tercer Templo.

«El instituto responsable de esto afirma que ya están listos todos los utensilios para el servicio sagrado del Templo, incluida la creación de una película donde se muestra un Templo apareciendo en el mismo lugar donde se encuentra actualmente la Mezquita de la Cúpula de la Roca, disputada. por musulmanes y judíos», comentó.

Termómetro mundial

Para Júnior, Israel es el termómetro del mundo, ya que cuando esta nación está en paz, el resto del planeta también, y cuando está en conflicto, los demás también.

Por tales razones, el predicador aconseja estar atento a lo que en esta región ocurre, pues está ligado a las profecías bíblicas. «Nadie sabe el día ni la hora, pero Jesús nos muestra que las señales de su venida serán muy claras».

Tristemente, se sabe que muchas personas quieren solo la parte fácil del evangelio, pero el pastor está consciente de que habrán cristiano que se abrirán los ojos y se prepararán para el momento del arrebatamiento.

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Es importante para todo creyente saber que existe una diferencia entre el rapto y la segunda venida de Cristo, ya que ambos constantemente son confundidos.

El rapto hace referencia a la acción de Jesús de arrebatar a la iglesia en la tierra y resucitar a aquellos que murieron creyendo en él y esperándolo. La segunda venida, por su parte, ocurre luego de la tribulación, tomando lugar luego de ciertos acontecimientos del fin de los tiempos.

Los creyentes aguardamos con fervor el arrebatamiento de la iglesia, ya que no estaremos para la segunda venida de Cristo; aunque para experimentar dicho suceso debemos estar preparados, buscando el rostro del Señor constantemente y procurando la santidad, sin la cual nadie le verá.