A causa del incremento de contenido que diariamente consumen las personas, en ocasiones, éste puede llegar a ser perjudicial para la salud mental; es por ello que los estudiosos bíblicos han recomendado algunos pasajes para cuando estas circunstancias se presenten.

Las redes sociales ciertamente son efectivas y divertidas, pues proporcionan experiencias maravillosas con otras personas y el contenido al que se está expuesto, dependiendo de su valor informativo y educativo.

Diversos estudios también han demostrado un lado negativo de las mismas, pues se ha comprobado que pueden llegar a causar depresión o ansiedad entre los más jóvenes.

No es ajeno decir que así como tiene sus efectos positivos, las redes sociales también cuentan con consecuencias negativas, llegando a generar estrés, terror, pánico y hasta otros trastornos cuando los medios de comunicación difunden información que genera un fuerte impacto en la mente de las personas.

Es necesario recordar que muchos individuos no reaccionan de la misma manera ante las malas noticias o aquellas que pueden causar otros efectos, por lo que es importante proporcionar estrategias para saber cómo abordar estos momentos de desesperación y agobio.

Mientras en el mundo las personas tratan de controlar esto reduciendo sus horas en redes sociales y siguiendo contenido positivo, los cristianos optan por ir a Dios y entregarle sus cargas, para encontrar verdadera paz.

«A veces, cuando nos sentimos abrumados, nos olvidamos de lo grande que es Dios», escribió el pastor y autor AW Tozer hace mucho tiempo, denotando una realidad que se vive mucho en la actualidad.

Frente a este problema, compartimos cinco pasajes de las Escrituras para tener muy en cuenta a la hora de usar las redes sociales y los medios de comunicación.

Filipenses 4:6

«Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias», Filipenses 4:6.

El apóstol Pablo recomienda no llevar las preocupaciones como un peso innecesario, sino que se llevan a Dios para que Él pueda cuidar de nuestros corazones y mentes, de todo aquello que pueda agobiarnos.

Romanos 8:26

«Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles», Romanos 8:26.

A veces, parece que los problemas a los que nos enfrentamos puedan verse fuera de nuestro alcance y manejo, pero podemos estar conscientes de que si le entregamos esas peticiones a Dios, Él nos ayudará, pues para todo tiene una respuesta y salida.

Colosenses 3:1-2

«Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra», Colosenses 3:1-2.

Si bien es importante estar al tanto de todo lo que ocurre en el mundo, se debe recordar que nuestra identidad viene de Cristo, por lo que el enfoque de nuestra vida debe estar en lo celestial más que en lo terrenal.

Mateo 6:30

«Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?», Mateo 6:30.

Toda persona puede tener la certeza de que Dios conoce sus necesidades, por ello se puede descansar en el hecho de que Él suplirá todo lo que le haga falta. Si cuida del planeta, también lo hace de todo lo que en éste habita.

Romanos 12:2

«No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta», Romanos 12:2.

Aunque será casi obligatorio que nos involucremos con las cosas de este mundo, Pablo recomienda mirar todo desde la perspectiva de una mente renovada por medio de la salvación, por ello es necesario recurrir a Dios para que día a día seamos transformados conforme al deseo del Todopoderoso.