Muchas veces ponemos nuestra esperanza, nuestra felicidad, nuestro estado de ánimo, en cosas superficiales, en las cuales nuestras emociones, sentimientos y vulnerabilidad suelen desestabilizarse física, emocional y espiritualmente ante cualquier altibajo en estas áreas.
Hoy y siempre nuestro Señor Jesucristo te dice y me dice:
Mujer pon tu gozo solo en mí que nunca te fallare.
Las circunstancias de la vida que nos acontecen como ser humano, nos mantienen día a día en un círculo del cual creemos nunca salir.
Las situaciones familiares con nuestros hermanos, con nuestros padres, que necesitan ser resueltos nos suelen desestabilizar.
Las situaciones laborales, la pérdida del empleo, los recursos tal vez no suficientes, nos suelen desestabilizar
Las situaciones matrimoniales, incomprensión, falta de comunicación, desacuerdos, con el esposo(a), nos suelen desestabilizar
Las situaciones con los hijos, Rebeldía, desobediencia, emocionales, no poder atenderlos, nos suelen desestabilizar.
Las situaciones sociales enemistades, decepciones, traición, una ofensa, malos entendidos, nos suelen desestabilizar.
Todas estas situaciones llegan a quitarte la paz, las ganas de continuar, de seguir luchando y pelear la buena batalla, a desanimarte, porque centramos nuestra mirada en lo que parece imposible, en lo que parece no tendrá pronta solución y la solución que deseamos, no parece que un día todo puede cambiar, y dejamos de poner nuestra mirada en el único que lo puede todo JESUS DE NAZARET, que ya venció con poder y gran gloria al enemigo en la cruz, al que trata de oprimir tu vida y la mía, al que trata de quitarnos la fe, la esperanza, la paz y el gozo.
No podemos controlar las circunstancias o a quienes nos rodean, en consecuencia podemos esperar, sufrir con frustración, debido a situaciones que no son como nosotras desearíamos. Por el contrario podemos decidir confiar en Dios, entregarle nuestras cargas y depender de Él confiando en sus promesas.
Mujer que callas….. aflicción, angustia, incertidumbre, tristeza, impotencias e inconformidad, deja tus cargas en Dios cada día porque el obrara (Mateo 11:28).
Si esperamos enfrentar la vida con nuestros propios recursos, sin la ayuda e intervención de Dios, terminaremos agotadas, frustradas y con todo menos con gozo.
En principio, gozo y alegría podrían ser sinónimos, separados en todo caso por un asunto de gradación, es decir, que el gozo constituye un mayor grado de regocijo que la mera alegría. Sin embargo, dichos matices no suelen ser tomados muy en cuenta en el habla cotidiana.
El gozo no es una sensación de felicidad que se siente sólo cuando las cosas marchan bien. Es mucho más que eso. El gozo es una de las fuerzas espirituales más poderosas del mundo. No se puede vivir conforme a la fe sin ser fortalecidos en el Señor, y cuando Dios quiere fortalecernos, utiliza el gozo. (Gálatas 5:22-23)
No sé, amada por Dios si has tenido la experiencia de orar por alguien que se sentía desanimado, entristecido, desalentado, por situaciones que le hacían sentir no poder más, cuando el Señor a través de su Santo Espíritu obra en la oración de Fe, su rostro cambia en ese momento, El Señor lo ha fortalecido, el gozo ha vuelto a su corazón, amada hermana, nuestra fuerza, en su presencia, en su palabra, en su amor y misericordia cada día.
Que nos llena de Fe, de Gozo para continuar a pesar de lo que nuestros ojos ven, a pesar de lo que nuestros oídos oigan, tenemos un Dios que no miente, no se arrepiente, Él ha prometido estar con nosotras todas los días hasta el fin del mundo, ha prometido que no dejara ninguna obra a medias y que cumplirá su propósito en ti, en mí y en nuestra casa.
Así como el temor tiene que rendirse ante la fe, el desaliento tiene que rendirse ante el gozo. El gozo es posible cuando conocemos no solamente nuestras limitaciones sino que reconocemos el poderío de Dios.
Hoy que sabemos lo que es vivir en Cristo recordemos como antes de conocer a Cristo en algunas noches nos acostábamos tristes y nos levantábamos angustiadas, nada nos hacía feliz, esto sucedía porque buscábamos siempre que algo o alguien nos hiciera feliz.
Pero ya no vivimos así, ahora dependemos de Dios, su Espíritu vive en nosotras y debe ser una decisión de cada día vivir fortalecidas, revestidas y llenas de su Espíritu. Recuerda estamos en Cristo y todo el que lo ama, todo lo que le acontece es para bien mi amada hermana (Romanos 8:28).
En su presencia hay plenitud de gozo.
AMADA DE DIOS
EL GOZO DEL SEÑOR ES TU FORTALEZA (NEHEMIAS 8:10)
Oremos:
Dios y Padre de mi Señor y Salvador Jesucristo, te pido me perdones si te he ofendido y faltado al abrir puertas en mi corazón de desánimo, falta de paz y perdón, te pido me ayudes a través de tu santo espíritu, pon en mi Paz, amor y perdón ante cualquier situación que sea conforme a tus propósitos para mi vida y la de mi casa, ayúdame a tener el gozo en mi corazón como mi Fortaleza en tiempos de aflicción y angustia, siempre tu palabra aliente mi corazón y el gozo de saber tus promesas para mi vida me ayude a continuar, te lo pido en el nombre de nuestro Señor y salvador Jesucristo. Amen